07 abril, 2006

Era yo acaso . . .

Entre en el salón, estaba completamente obscuro. Se percibía un ligero aroma a humedad, revisé mi chamarra y si en efecto no los había olvidado saque un cigarrillo y lo lleve a mi boca, lo prendí e intenté iluminar el salón con la luz del encendedor pero una corriente de aire siempre lo apagaba. Trate de enfocar la vista y revisar de donde había venido ese aire, acaso había una ventana ahí....

Intente explorar el salón aunque me sentía a ciegas, no sentía temor alguno mas sin embargo mis ojos no se acostumbraban a esa obscuridad, difícilmente podía reconocer algo a mas de medio metro de distancia. Cuando me empezaba a sentir en confianza en el lugar, tropecé con algo me agache intentando localizar el objeto q se había interpuesto en mi camino, pero no lo encontraba. Después de un rato mis manos sintieron lo que al parecer era una alfombra, al momento de tocarla una la luz se prendió encima de mí. Era una luz muy fuerte que me deslumbro después de tal obscuridad, y dejo a la vista esa alfombra circular que anteriormente había tocado. y enfrente de mí un espejo.
Un espejo, que demonios hace aquí un espejo, pensé, que es lo que significa, quien era el autor de esta mala broma saben muy bien que me gusta el suspenso pero esto es demasiado. Y ahí estaba yo contemplando mi imagen en un espejo en medio de un vacío enorme. Después de un rato me quede dormida, si ahí enfrente de ese espejo y en ese lugar al q me habían invitado sin ninguna respuesta y con muchas preguntas. Esta vez si habían ido demasiado lejos.
Desperté y no recordé ni entendía lo q estaba pasando, solo sabia que el espejo enfrente de mi me mostraba una imagen, esa imagen que no reconocía. Dude de mi capacidad de razonamiento acaso era eso mi imagen o algún intento de broma de mal gusto, de esas que difícilmente se olvidan. OK, me dije sigamos jugando y alce mi mano para tocar el espejo o eso que tenia enfrente, si era un espejo.
Era yo o acaso un reflejo de en lo que me había convertido lo que si me quedo claro es que no reconocía esa mirada perdida, esas arrugas en los ojos o el vacío que inspiraba. Me toque mi rostro para ver mi reflejo, podía estar equivocada por un momento pensé que mis ojos me engañaban. Mi vida se había convertido en un suspiro, en un sueño no me reconocía y sí era yo, que había pasado como se puede perder conciencia de uno tan rápido y ante ese espejo en un abrir y cerrar de ojos vi pasar por trozos mi existencia; las alegrías, las tristezas, los olvidos, los vacíos. No pude evitar q una lagrima resbalara por mi mejilla.

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